Influencia po-ética, de la Poesía a la Terapia: La poesía como práctica poética me ha regalado además de la habilidad de entrar y salir de mi, y contemplar la existencia de los fenómenos de la vida como un juego lleno de interrogantes, una ventana para ver otras realidades fuera de los lugares comunes, me ha enseñado el lenguaje del inconsciente, y me ha entrenado para ver algo diferente, para ver más allá de lo que se ve, y escuchar más allá de lo que se dice. Infancia: Mi memoria recuerda mis 8 años cuando me veo escribiendo poesía en el colegio, una poesía para el día del padre: "eres bueno e inteligente, eres sabio y muy capaz de tratar a tu familia con amor y mucha paz" ese día entendía que las palabras eran el deseo oculto que podía pronunciarse sin que el otro leyera exactamente lo que estabas queriendo decir. me di cuenta que la poesía es un código para los que atraviesan la apariencia y se atreven a las verdad oculta de las palabras. Las palabras eran un juego fácil, no sé porque pero a los 10 años yo decía que iba a ser Poeta, un día una amiga me corrigió y me dijo que se decía poetiza, recuerdo ese día, saliendo del colegio y recuerdo como me disgustó su corrección, poeta es una palabra perfecta, por eso he decidido ser poetA y no poetiza que suena más bien a un diminutivo de algo sin importancia. Los maestros se sorprendían a veces de mi escritura, alguna vez hablaron con mis padres, pero nunca pasó mucho más que eso.
Adolescencia, Creciendo con la poesía: Mis recuerdos dan un salto a la preadolescencia y a la adolescencia. La poesía era mi secreto, mi único lugar mío, en donde el mundo se me hacía compañero, se me hacía más amable, cuando escribía, era una complicidad que me ayudaba a sentir la presencia de la vida. Las palabras salían sin pedirme permiso,a menudo sentía que las palabras no eran mías, que algo me estaba dictando.No tenía mucha claridad en lo que sentía, el mundo que vivía no me gustaba porque no podía reconocerme en él. Todo me era ajeno, me esforzaba por pertenecer y mientras más me esforzaba mis resultados eran más amargos. El juego de escribir sin embargo me permitía ser yo misma, sin saber aún quien era ni quien intentaba ser. La poesía me sostuvo, me abrazó, y me regaló sensaciones sublimes de alquimia, al escribir podía presentir la volatilidad de la vida, la crudeza de las emociones y la belleza de la creación como un acto mágico que me daba el poder absoluto de dar vida a algo que sólo yo podía dar vida mediante mi palabra. Las experiencias de estar tan dentro de mi me fueron guiando, y la poesía además de redimirme, me dejaba agujeros para respirar un aire verdaderamente fresco y libre. Todo poeta adquiere el hábito de desnudar sus emociones y convertirlas en "otra cosa" en algo nuevo. Mi poesía de corte bastante intimista fue deambulando por lugares esotéricos, cuestionándose todo lo que creía comprender. La poesía siguió creciendo y con el pasar de los años se convirtió en un gesto de vida imprescindible, más que una creación artística específica era una voz constante, un dialogo permanente, así fue como aprendí de forma intuitiva a dialogar con lo que luego descubriría que era el inconsciente. La poesía me obligó a aceptar el mundo de la humanidad con todas sus emociones altas y bajas, y me invitó a investigar en los rincones incognosibles de mi interior y de mi exterior para comprender que la mayoría de los acontencimientos de fuera y de dentro escapan a la razón lógica, y que la poesia con sus desordenes gramaticales es capaz de transportar a otra persona a un lugar en donde habita el alma, es un puente común desde el sinsentido hasta la ausencia de sentidos, y en el camino, es cuando extrañamente todo cobra una sentido profundo, y es cuando uno puede entonces empatizar con la vida, con la vida de uno, con la vida de otro, y con la vida como entidad viviente Epocas adultas: La poesía se convirtió en una identidad, y algunas veces me abandonó, y tuve que tenerle presencia y aprendí que cuando no se escribe es porque la vida se está gestando y el nacimiento ocurrirá de improvisto, como un sobresalto nocturno en medio de un sueño. En Barcelona he organizado ciclos poéticos y diversas formas de poesía en acción para poder explorar, compartir y vivir la experiencia poética fuera de los libros. En algunas cursadas he dado clases de poesía en el aula de escritores y también hice por propia cuenta un taller de poesía experiemntal en espacios abiertos. La poesía no sólo se escribe, leer poesía es una fuente inagotable de goce y enriquecimiento, y un canal de empatía hacia las sensaciones más profundas de otros ser. El poeta se escribe a si mismo para encontrarse y lee otros poetas para fundirse en los espacios de otra persona, a veces uno lee para convertirse en otra persona, a veces para recordar posibilidades que se extravían, a veces es para inspirarse, para dejar que el espíritu entre y nos llene de ganas de vivir. En mi camino de descubrimiento literario comenzó con Alfonsina Storni que conquistó mi corazón a los 15 años.Luego, entre los 19 y los 24 años mis guías han sido Enrique Lhin Vicente Huidobro, Roberto Juarroz, Joan Manuel Serrat y Silvio Rodriguez ( sobre todo) . También Fernando Pessoa, Charles Baudelaire, Oliverio Girondo, Pablo Neruda, jorge Luis Borges,Mario Benedetti, Años más tarde Alejandra Pizarnik, Walt Whitman, Gonzalo Rojas, Novalis, Julio Cortázar, Federico García Lorca, Cesar Vallejo, Raúl Gonzalez Tuñón, Jacobo Fijman, etc todos ellos ejes que han movilizado e influenciado la comprensión del mundo ayudándome a no sólo a comprender mi alma, sino acercándome un poco a la comprensión del alma humana,
La cerámica, la arcilla: palpando la consciencia de la forma, investigando el centro
Influencia de la cerámica en la terapia: La cerámica me enseñó muchas cosas, sobre todo me enseñó que la fragilidad y la fortaleza están impresas en el mismo material. me enseñó la facilidad con la que una forma se convierte en otra, me enseñó que hay estructuras que deben sostener, pero que primero deben sostenerse a si mismas, me contó algo de los 4 elementos: tierra, aire, agua y fuego. Me enseñó a amasarla a acariciarla, a descubrir la importancia de la plasticidad para crear una pieza. Me enseñó a ver la impronta que queda cuando algo tiene las huellas de alguien: la presencia. También la alfarería me enseñó a meditar, y a encontrar el centro. Me hizo sentir como cualquier estado emocional puede girar concéntricamente hasta desvanecerse y convertirse en un cuenco . Me enseñó que los aprendizajes no se ven en el momento, me llevó 5 años de no volver a tocar un torno para ver que en esos años de silencio el aprendizaje se había asentado. A veces, las cosas se están aprendiendo cuando no nos damos cuenta y estamos ocupados en otras partes de la vida.
Infancia: Mi relación con la arcilla empezó de niña en el colegio, mi madre tenía que comprarme crealina (arcilla para niños) porque insistía mucho y me pasaba horas haciendo candelabros. Adolescencia, juventud y trabajo En la secundaria tuve clases de arcilla y allí comenzó mi interés por los rostros A los 19 años me apunté a un taller de cerámica y a los 23 a la escuela técnica de ceramistas en Buenos Aires. En Barcelona he dado algunas clases a adolescentes, niños, personas con necesidades especiales, y adultos y sobre todo seguí investigando los rostros, creando seres, personajes, y a veces simplemente teniendo la necesidad de tocar la arcilla, a veces me he quedado simplemente tocándola, oliéndola y saboreándola. Cuando hice el posgrado de artereapia hicimos una practica grupal con arcilla, tiene unas cualidades maravillosas para permitir el viaje a las sensaciones Cuando hice practicas como educadora en un taller de personas con necesidades especiales también trabajé la cerámica, y en los centros de personas con necesidades especiales en donde trabajé también hice talleres de cerámica. Además de en otros espacios, la arcilla permite comunicar con los sentidos de forma fácil y directa. En ocasiones suele ser más importante que un montón de intelecto que nos hace a las personas intocables
La danza, el movimiento y la expresión del cuerpo: un salto de la poética de la forma, hasta lo informe, descubriendo la organicidad del encuentro
Influencia de la danza, y la expresión en la terapia: En los últimos 7 años estuve "aprendiendo-me"... formándome e investigando en el cuerpo, la salud orgánica, la expresión creativa y el contacto humano. Todo esto me ha dejado tantos aprendizajes que no tendría sentido intentar explicarlos por escrito, sólo puedo decir que la inteligencia física tiene necesidad de expresar a toda costa, y que el cuerpo siempre expresa algo, cuando no lo hace el bloqueo expresivo también está contando algo. el cuerpo tiene un lenguaje propio y usa metáforas también, del mismo modo que las usa nuestro lenguaje verbal, porque el cuerpo es poesía.
comienzos A los 14 años comencé a bailar en una compañía de danzas tradicionales en donde tuve durante 4 años bases de clásico, estiramiento y manejo del espacio y el desplazamiento, los ritmos y la variedad de movimientos. Teníamos coreografías de diferentes orígenes, desde oriental, ucraniano, hasta charleston y contemporáneo. Retomé en otra compañía más pequeña a los 19 y luego a los 22 En España Al llegar a Barcelona ya hacía un año que no bailaba. Años más tarde comencé a practicar imporvisación con un grupo de poesía y empecé a recordar como era mi cuerpo en movimiento, empecé a querer recuperar mi elasticidad y a reconocer mi cuerpo y sus necesidades de bailar.Luego hice un poco de danzaterapia y empecé a notar que mi necesidad de expresar iba en aumento, y que mi aprendizaje de danza en la adolescendia me habia dado unas bases importantes pero que tenñia que descubrir donde estaba la liberta de mi cuerpo y hasta donde llegaba mi capacidad expresiva Luego seguí en un laboratorio de danza creativa y empecé a dsifrutar del placer de bailar. Más tarde en el año 2009 comencé la danza contact improvisación y empecé a descubrir la simplicidad del movimiento orgánico y todo lo que había que desaprender para recordar la naturaleza del cuerpo. En esta época empecé a tomar clases de danza butoh, que me llevó más profundamente a las fuentes expresivas del inconsciente mediante el movimiento En el año 2012 estudié expresion coporal y psicomotricidad para aumentar mis conocimientos y mi investigación en el área física y expresiva Desde el año 2009 hasta el 2014 he seguido formandome e investigando, tomando y dando clases, siempre reaprendiendo de las manifestaciónes orgánicas del cuerpo humano.